Nosotros vamos en tren desde el centro de Londres (Charing Cross o St Pancras) hasta Rye, un pequeno pueblecito ingles muy mono y nada turistico donde ir a pasear y tomar un cafe o una pinta de cerveza. Tambien hay unas playas de dunas espectaculares. Allí ya empieza la aventura ya que Christofer (el dueño de la granja) nos viene a recoger con su camioneta descapotable! y en 20 minutos estamos plantados delante de la tienda de campaña, en Swallowtail Hill.
La granja es una propiedad de enormes praderas y campos interminables. Esparcidas por esos campos hay dos tiendas de campaña y dos pequeñas cabañas sobre ruedas.
Nosotros, mi marido, mis dos hijos y yo, nos quedamos en la tienda de campaña porque a los niños les encanta. Como todo en la granja, las tiendas están decoradas con mucho gusto. Cada una de ellas tiene una cama de matrimonio y dos camas individuales con unos nórdicos súper calentitos para no pasar nada de frío por la noche. A mis hijos les gusta llenar las bolsas de agua caliente que hay en la tienda y meterse en la cama con ellas.
Un típico día puede ser así:
Nos levantamos por la mañana bien bien tempranito, saludamos a las ovejas, que duermen a escasos metros de nosotros, y preparamos el desayuno (huevos de la granja y pan casero, mmm!) en la cocina de gas perfectamente equipada.
A las 9.30h paseo hasta la granja para dar de comer a los animales, recoger los huevos de las gallinas, cuidar el huerto y, si apetece, paseo en el tractor.
Volvemos a la tienda y preparamos un almuerzo/brunch. Despues de comer nos vamos de excursion por el campo, parándonos a ver cada uno de los bichos que encontramos por el suelo, etc. El año pasado estuvimos atrapando mariposa con una red para, despues de estudiar los colores, dejarlas volar otra vez. Hay varios estanques con barquitas pequeñas para remar.
A las 3.30 volvemos a subir a la granja para darles de comer otra vez a los animales.
Hacia las 5 ya vamos preparando la cena. Es una cena tempranera, muy a la inglesa, porque hacia las 7.30h de la tarde ya empieza a hacer frio y no apetece estar fuera. La cena es una aventura: encender la fogata , asar la carne, las patatas al caliu (como decimos en catalán)...mmmm! Y despues de cenar, marshmallows al fuego y chocolate calentito mientras contamos historias. A las 7.30/8, los niños ya están en la cama y entonces es el momento de que los papás sigan disfrutando de la fogata con un buen whisky en la mano;)
El precio es de 90 libras al día, desayuno incluido!!!
Son unos días mágicos en un lugar mágico. Además, como te comenté, Pablo se trajo para casa su certificado de Granjero Junior todo orgulloso! Seguro que Sofía, que ya tiene dos años y medio, este año también ¨consigue¨ uno!
Toda la información la podéis encontrar en su web. Además manela me ha dicho que también hay opciones en España y Portugal.